La imagen que acompaña a este artículo muestra a un agente rompiendo la pared del garito de Los Mateos con un mazo. Aunque parezca increíble, ha sido más fácil entrar por la doble pared que por la puerta debido a las grandes medidas de seguridad que tienen estos locales. La puerta principal, que no ha podido ser abierta ni utilizando un gato mecánico de los bomberos, es de hierro y tiene un importante grosor, reforzada con barras de hierro cruzadas en la parte posterior. Además, como también muestra la fotografía, han construido una pared muy próxima a la entrada para reducir la capacidad de maniobra de los que pretendan derribarla.
Buena parte de los garitos de Cartagena, entre los que están los desmantelados esta mañana, ofrecen enormes medidas de seguridad, estando dotados también de cámaras de vigilancia y, alguno, tiene hasta rayos infrarrojos. También se suele levantar una segunda pared paralela a la exterior para hacerlos más inexpugnables.
En el interior, según las informaciones recabadas, existe una sala por la que accede el cliente con una mínima ventanilla por la que se intercambia la droga y el dinero sin ver la cara del traficante. Esa sala suele tener sillas por si hay que esperar o, si se trata de un cliente conocido, por si quiere consumir allí mismo, aunque los 'vip' también disponen de otra sala especial de fumadero para ese consumo en el momento.
El lugar donde está el vendedor suele contar con una mesa con todo lo necesario para la preparación del producto, además de televisores que recogen lo que graban las cámaras, aire acondicionado, sofá-cama y una taza de aseo por si hay que eliminar la droga ante la presencia policial. Las puertas interiores suelen abrir hacia afuera para dificultar un acceso forzado en una operación de la Policía.
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