La Audiencia, con sede en Cartagena, ha condenado a quince años de prisión al hombre que violó a una menor cerca del complejo Mandarache y que fue descubierto cinco años después de su agresión, tras ser detenido por un robo y descubrir la Policía Nacional que el ADN de su saliva era idéntico al de una muestra de semen de su vil acción. El tribunal también fija una orden de alejamiento y le prohibe residir en Cartagena durante diez años a partir de cuando cumpla la pena. "Es indudable que esa terrible experiencia ha marcado un antes y un después en la vida de la chica, haciendo de una joven 'normal' en una persona traumatizada y con baja autoestima", expresan los magistrados en su sentencia.

• Anexo. La sentencia.

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Su ADN le convirtió en el sospechoso cinco años después de una violación

La chica salió de su domicilio para acompañar a su prima. Después de despedirse, regresó en solitario con dirección a su casa, pero en las proximidades del Pabellón Wssell de Guimbarda, en Cartagena fue abordada por el acusado, quien la agarró por el cuello y le puso un destornillador en la espalda, a la vez que le decía: "No chilles, no te muevas porque te clavo la navaja". Entonces la llevó a un lugar oculto, en un descampado entre Mandarache y el campo de fútbol de la barriada Virgen de la Caridad, donde la comenzó a tocar. Al darse cuenta ella que había dejado el destornillador, salió corriendo, pero fue alcanzada, siendo finalmente violada. Sucedió el 10 de abril de 2006, Lunes Santo. Estos son hechos que ha determinado como probados el tribunal de la Audiencia Provincial.

Entonces no fue localizado el autor, pero cinco años más tarde un hombre fue detenido en junio de 2011 por un robo con violencia y la Policía Nacional descubrió el ADN de su saliva coincidía con la muestra del semen del autor de aquella violación, que se recogió de la chaqueta y pantalón de la persona forzada. Además, la víctima le identificó en una rueda de reconocimiento en la que estaban otras cinco personas de características similares. La chica, pese a que el violador le puso una chaqueta en la cara para que no le identificase, al ser de lana, había podido verle el rostro a través de los agujeros.

El 14 de enero tuvo lugar el juicio ante la sección quinta de la Audiencia Provincial, a puerta cerrada, al tratarse la víctima de una menor de edad. El tribunal, integrado por los magistrados José Manuel Nicolás, Miguel Ángel Larrosa y Fernando Fernández-Espinar condena al acusado a quince años de prisión por un delito de violación y lo absuelve de otro de retención ilegal. Además, fija una orden de alejamiento superior a 500 metros con la víctima y de residir en Cartagena por un tiempo superior a diez años de la pena de prisión. También fija una indemnización de 95.000 euros.

Desde entonces la chica sufre un trastorno ansioso depresivo, estrés postraumático y baja autoestima, precisando tratamiento psiquiátrico. Tenía, incluso, miedo a salir a la calle. "Es indudable que esa terrible experiencia ha marcado un antes y un después en la vida de la chica, haciendo de una joven 'normal', sin ninguna patología, una persona traumatizada y con baja autoestima, necesitada de tratamiento", concluya una de las disposiciones del tribunal.