El juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de San Javier ha absuelto a un agente de la Policía Local de Los Alcázares que fue denunciado por un superior (que se encuentra en comisión de servicio de San Javier en Los Alcázares) por desobedecerle y gritarle ("¡Déjame en paz!) a raíz de que le dijera que no podía llevar a su perro suelto. También le puso una sanción administrativa por esto último, siendo la primera infracción que por ese motivo se registraba en el municipio desde la aprobación de la Ordenanza de Animales en el año 1991. El demandado, que fue defendido por la letrada Esther Guzmán Linares, negaba las acusaciones.

El demandado paseaba con su esposa y un perro yorkshire  por las inmediaciones dela avenida de la Libertad del pueblo cuando se cruzó con un coche patrulla de la Policía Local. El demandante asegura que le dijo que no podía llevar suelto al animal y que su compañero le desobedeció además de gritarle, por lo que decidió denunciarle. "Miguel se puso alterado y les dijo que lo dejaran en paz, que no iba a ponerle la correa al perro y si querían denunciarlo, que lo hicieran", dijo según recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso Cartagena de Ley. El otro agente presente, por su parte, afirmó que el denunciado "se giró y les dijo que si querían denuncarlo, que lo hicieran ya". Cabe reseñar que la sanción administrativa suponía la primera multa que el ayuntamiento ponía en 21 años a un ciudadano por llevar suelto a un animal. La Fiscalía, por su parte, pedia una multa por falta de 50 euros.

Por su parte, el demandado, que es delegado sindical y se encontraba de baja, y su esposa ofrecieron un relato distinto. "Los agentes pasaron al lado mío montados en su coche y los saludé. No me requirieron para que parase", indicó el agente, mientras que su esposa afirmó que paseaba con su esposa, pero ella se detuvo con el perro en brazos para hablar con una amiga mientras su marido continuaba andando, "pero el ver, al ver que seguía andando mi marido, se escapó y fue detrás. Mi marido saludó a los agentes, que no se bajaron del coche". Ambos aseguraron que se sorprendieron mucho al recibir la sanción.

Lo que sí parece que quedó claro en los testimonios entre todas las partes es que exite una "mala relación" entre el sargento y el agente denunciado, que tienen pendiente un juicio contencioso-administrativo por uan comisión de servicios que el denunciado considera ilegal.

Finalmente, el juez Santiago García Navarro archivó el caso al no quedar probadas las acusaciones. "Las versiones son notoriamente contradictorias y no existen datos que permitan dar mayor credibilidad a una sobre otra", indica en su resolución, añadiendo que en este caso "el móvil de la enemistad y el resentimiento entre el sargento y el denunciado se sencuentra latente".