Viernes, Julio 05, 2024
   
Texto


Crimen de Balsicas: "He venido a desvelar la verdad, con mis miserias y vergüenzas"

* "Fue una discusión entre dos cocainómanos que acabó en pelea"
*
Apuntó que la navaja con la que dio 13 puñaladas pudo abrirse accidentalmente. "En ningún momento pensé que la estaba clavando"
* "Desde que me enteré que había muerto Francisco, mi vida ha sido un caos, un bing bang. Morí aquel día"
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"Mi padre no ha aguantado esta situación y mientras estaba yo en prisión se suicidó pegándose un tiro".
* El autor de las puñaladas pone a disposición de la familia de la víctima todos sus bienes para reparar el daño
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Un testigo señala que le dijo a la víctima: "Voy a cortarte el cuello, te voy a matar"
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El informe forense apunta que, por el tamaño del arma, el acusado debía tener mucha fuerza para asestar las cuchilladas
* La acusación particular remarca que la mayoría alcanzaron zonas vitales y rechaza que fuesen accidentales
*
La defensa sostiene que sufre un trastorno de personalidad
* Cuando la Guardia Civil le arrestó llevaba un sombrero de paja y se había dejado barba

 

- "He venido a desvelar la verdad, con mis miserias y vergüenzas"
- "No recuerdo si use la navaja, seguramente sí porque ahí están las pruebas"
- "En ningún momento pensé que le estaba clavando una navaja".
- "Desde entonces no me he mirado en ningún espejo y rechazo hacerlo"
- "Tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para poder respirar desde aquel día"
- "Yo morí aquel día".

Son algunas de las frases vertidas por Antonio M. V., el acusado del crimen de Francisco en Balsicas hace dos años, quien declaró ayer ante el presidente del tribunal de la sección quinta de la Audiencia Provincial, Fernando Fernández-Espinar, durante cuatro horas. Respondió a preguntas del ministerio público (Fiscalía), del abogado de la acusación particular y de su defensa. Aseguró que no tenía intención de acabar con la vida de J. F. y que no recuerda con exactitud lo sucedido, ya que se encontraba en un estado de drogadicción y embriaguez.


Interrogatorio de la Fiscalía

Antonio ha comenzado respondiendo a las preguntas del fiscal, asegurando que entró solo en el bar 'K'Manolo'. Allí le preguntó a la víctima por un dinero que le debía y que éste no se lo había devuelto. "Fue una discusión por temas de drogas, entre dos cocainómanos y que acabó en pelea". Finalmente, la discusión se subió de tono, y según el acusado, Francisco lo sacó fuera del local por una puerta lateral y se enzarzaron en una pelea en la que falleció Francisco a causa de las trece puñaladas que le dio Antonio. Durante la declaración ha dicho que no recuerda si se abrió la navaja accidentalmente, ya que solía llevarla en la mano y que "no tenía intención de matarlo, ya que si no lo hubiera podido hacer de otra forma, cogiendo un cuchillo del mismo bar u otro tipo de arma" ya que la navaja que utilizó era "como un llavero, de las que venden en las gasolineras" y que no tenía fuerza alguna, ya que, además, el muelle que la aguanta estaba suelto, ha dicho. Durante la pelea, los dos se dieron golpes, y él sólo trató de retener un ataque. "Si la navaja no se abrió accidentalmente, fue en el transcurso del intercambio de golpes".

Asegura que la víctima le amenazó con una botella de cerveza previamente. También que estaba bajo los efectos de las drogas y acostumbrado a las peleas, por lo que "sabía manejar esas situaciones". Tras la pelea, la víctima se levantó y fue auxiliado por el copropietario del bar y la camarera. Entonces, Antonio, desorientado, se dirigió a su vehículo, golpeando la puerta del bar que habían cerrado y según la declaración de un testigo, Antonio le dijo: "Voy a cortarte el cuello, te voy a matar".

Tras ello, fue a casa de un amigo, con magulladuras en la frente, manos y en el hombro. Allí quemó su ropa, dejó su vehículo y se vistió con ropa de su encubridor y, posteriormente, junto a otro amigo, lo acercaron a casa de su pareja sentimental en La Manga, a quien asegura que no le dijo nada porque no sentía orgulloso de lo que había pasado y no quería que se enterara. Cabe recordar que el otro acusado por encubrimiento confesó y aceptó una pena de nueve meses de cárcel antes de empezar este juicio.

 


Acusación particular
El abogado José Antonio Martínez Moya no considera que pudiera tener la navaja flácida, suelta, ya que se podría haber cortado él mismo un dedo, y asegura que la navaja "se tuvo que emplear con fuerza y con una posición concreta hasta que penetrada en el cuerpo de J. Francisco". De las 13 puñaladas que recibió, 2 fueron en zonas no vitales y otras 2 fueron heridas de defensa, el resto fueron en zonas vitales del cuerpo de la víctima". Según el informe forense, el acusado debía de tener mucha fuerza para asestar las 13 puñaladas con esa navaja. Una navaja que utilizaba para cortar porciones de droga y que nunca apareció, a pesar de estar en el llavero donde tenía las llaves del coche. No recuerda qué pasó con ella.

Luego se enteró de la muerte de J. Francisco, "Desde ese momento, mi vida ha sido un caos, un bing bang. Después de esa noticia te quedas anulado, no sabes qué hacer". Después se fue a Villena, a casa de otro, un ex compañero de prisión, y tras pasar una noche en su casa se dirigió a otro domicilio de unos amigos, quienes lo alojaron durante otra noche y le compraron un billete a Madrid, donde el acusado llegó con intención buscar un abogado y entregarse, aunque finalmente volvió a la zona de Alicante, en Campoamor, "para facilitarle el trabajo a la Guardia Civil y que pudieran detenerlo", ha dicho. En el momento de su detención, Antonio se había dejado barba y llevaba un sombrero de paja.

Durante los días que pasó en casa de los amigos no utilizó su teléfono móvil, si no el de ellos, y en algunas de las llamadas que realizó a sus amigos, les solicitaba dinero y pasaporte, ha desvelado el letrado de la acusación particular. A ello, el acusado ha contestado que no tenía intención de fugarse y que lo hubiera hecho de otra forma".

La defensa
El acusado ha declarado que todo sucedió en el transcurso de una pelea entre los dos por temas de drogas. Durante esa época, Antonio disponía de de 13 gramos de cocaína, además de speed y cristal para su consumo propio y que, normalmente consumía unos 3 gramos por día, además mezclarlas con el consumo de alcohol. "Cuando se me pasaba el efecto de la cocaína, me tomaba medio gramo de cristal". Cuando sucedieron los hechos, "venía de tres días de consumo intenso de droga y alcohol".

La defensa de Antonio ha aclarado que el acusado consumía drogas desde los 17 años y que además padece una enfermedad psiquiátrica, un trastorno paranóide de la personalidad y es una persona susceptible y propensa a tener arrebatos violentos.

Alrededor de las diez de la mañana entró en la sala. Casi cuatro horas más tarde acabó con la disposición de todos sus bienes ante la Justicia para poder reparar el daño que haya producido a la familia del acusado.

 

 

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