Viernes, Julio 05, 2024
   
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Seis supuestos 'narcos' aseguran que sólo consumían y la Policía se reafirma en sus investigaciones

Los seis acusados de trabajar un punto de venta en Lo Campano afirmaron ante el tribunal de la Audiencia que sólo eran consumidores, mientras que la Policía se ratificó en las investigaciones y seguimientos que llevaron a cabo, que le llevaron a desarticular el garito.

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El juicio contra un garito de Lo Campano, desarticulada por la Policía Nacional en 2005, ha quedado visto para sentencia cuatro meses después de iniciarse, debido a que el 3 de octubre no pudo concluir la vista oral ante la ausencia de dos testigos importantes. Los seis imputados de narcotráficos se enfrentan a una pena de 4 años de prisión y al pago de una multa de 12.000 euros, según solicita la Fiscalía a través de David Campayo, mientras que los abogados de la defensa (María Ángeles Segado, Francisco José Lorente, Miguel Belmonte y Francisco Paterna) reclaman que sean absueltos.

Los acusados, en sus declaraciones durante el segundo y definitivo capítulo, han asegurado que ninguno de ellos se encargaba de regentar el local, ni de vender droga ni controlar la posible presencia de la Policía en las inmediaciones y que simplemente fueron al lugar porque querían consumir.



"Posiblemente no estuviera en mis cabales"
El primero en declarar, Francisco B. M, ha relatado que fue la primera vez que iba a ese lugar a por droga y que lo hizo para “pillar cinco euros de chocolate y en ese momento entró la secreta y me pillaron”, dijo. Además, ha añadido que algunas de las primeras declaraciones que hizo en el juzgado no son ciertas. Otro, Francisco M. G. M., quien sigue tratamiento contra la dependencia de drogas y alcohol, ha reconocido que había realizado algún trabajo para alguna de las personas que estaban en el garito pero que no se acuerda de nada más ni reconoce lo que comentó tras su detención, “posiblemente no estuviera en mis cabales. Recuerdo que la Policía me presionó y yo no quería disgustar a mi familia”.

"No consumo desde que me detuvieron"
El tercero, José F. T., ha declarado que acudió al local entre una y tres veces, pero que sólo lo hacía para comprar droga y, en alguna ocasión, se quedaba porque lo invitaban a consumir en el mismo lugar, “la gente se enrolla y te dice, toma, fúmate un porro”. Añadió, además, que desde el día que fue detenido mientras estaba tomando café en un bar, ya no consume drogas, “gracias a esa noche, ya no fumo”, le ha dicho al tribunal.

Pedro G., uno de los principales acusados y que fue detenido dentro del local, ha seguido la línea de declaraciones de los demás, diciendo que únicamente iba a consumir aunque de vez en cuando se quedaba en la habitación primera donde había una pequeña mesa y una silla y se tomaba la droga allí. “Yo he ido un puñado de veces, pillaba coca y me la tomaba allí. Cuando pasó todo vinieron dos hombres y me tiraron al suelo”. Ante las preguntas del fiscal de si alguna vez había realizado algún trabajo o recado para los que regentaban el negocio, ha dicho que no trabajaba para ellos, pero que si alguna vez le mandaban a comprar pan o algo pues lo hacía.

"Dejé la cartera como fianza"
Roberto Carlos I. T., principal sospechoso de la policía por haber encontrado su cartera con su documentación dentro de la zona blindada a la que sólo estaban los que vendían droga, ha dicho que a veces dejaba su cartera como fianza, cuando no tenía dinero. “Cuando llegó la policía, yo estaba en la zona de la entrada consumiendo y con las mismas salimos corriendo”.

El último de los acusados en declarar, Jesús G. M., quien vivía cerca del local con su familia y de quien se encontraron huellas dactilares en papelinas y zonas del local, ha afirmado que sólo iba a comprar cocaína y es posible que encontraran sus huellas “porque todo el mundo tiene una caja de papelinas”.

Todos han coincidido en que la entrada a la vivienda estaba siempre abierta y que se accedía a un salón grande donde había una puerta blindada con una rendija donde pedían y recogían la droga y pasaban el dinero. Uno de los testigos identificado con posesión de drogas ha asegurado que no recuerda nada de lo que pasó ni conoce a nadie de los acusados.



La Policía reconoció a Roberto
El agente policial que entró primero a la vivienda ha asegurado que una persona se encontraba mirando por una especie de ventana y le animó a que pasara. Una vez dentro, desde la rendija por donde se vende la droga, observó el interior y pudo reconocer a Roberto, uno de los acusados, tras lo cual dio aviso al resto de compañeros para su detención. En ese instante, según la declaración del policía, Roberto se giró y se dio a la fuga por una trampilla que tenían y que daba a la terraza.

Una vez que los agentes rompieron la puerta blindada de acceso, encontraron numeroso material relacionado con el tráfico de drogas, así como papelinas, balanza de precisión, bloc de notas, dinero en efectivo, cocaína, hachís, etc.

 

 

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