El procurador  Cristóbal Gómez Fernández expresa que se encuentra muy afectado ("ha sido un palo gordísimo") por la triste noticia "por la gran amistad que unía a toda su familia, tanto con sus padres, hermana y con él desde 1987 en que, junto a mi esposa, hicimos juntos un viaje por Argentina, Brasil y Uruguay; desde entonces la vinculación ha sido muy grande" y se ofrece a la familia que, de forma incondicional, "me haré cargo de su despacho en lo que haga falta como gratitud a esa amistad".

Antonio Cárceles ha sido para Cristóbal Gómez "el número uno, una persona muy especial, tanto como ha demostrado como político, como profesional del mundo jurídico y en todos los aspectos de la vida, incluido el personal, en el que era muy amigo de sus amigos". También indica que sintió mucho "cuando dimitió como decano, decisión que tomó porque iba en contra de sus principios" y también resalta el buen tándem que, para el mundo judicial de Cartagena, formó "con Luis Ruipérez cuando ambos estaban al frente de los colegios de abogados y procuradores".