Martes, Julio 09, 2024
   
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“Lo normal es que la herida del ojo la produjese algo punzante”

Así lo expusieron los forenses en el juicio celebrado contra un hombre acusado de dañar la córnea de un joven que estaba en actitud agresiva y al que lanzó una navaja. El imputado alega que la misma estaba cerrada y se la devolvió sin intención de darñarlo, mientras que la otra parte ve intencionalidad y proclama que la hoja estaba fuera. La acusación particular pide 5 años de cárcel y el pago de unos sesenta mil euros.

  • El incidente tuvo lugar en 2002, pero se perdió el expediente judicial y tuvo que ser reconstruido.



Raúl S.N., el acusado en esta historia, tenía 23 años cuando se produjo el origen de esta causa, el 31 de enero de 2002 en una calle próxima al parque de la Rosa de Cartagena. Ahora, con 37 ‘primaveras’, se ha sentado en el banquillo de los acusados en la sala de vistas de la sección quinta de la Audiencia Provincial, en Cartagena. El motivo de un retraso tan grande está en que, según nos han informado, el expediente de este procedimiento se extravió y hubo que reconstruirlo. Es evidente que la atenuante de dilaciones indebidas mermará la hipotética pena, si ésta se produjese.

Vayamos al fondo de este asunto entre conocidos de barrio. El quid de la cuestión está en un lanzamiento, en el objeto y en la intencionalidad. El fiscal pide una pena de 9 años de cárcel y el pago de unos cuarenta y cinco mil euros, cifra que la acusación particular, que lleva Pedro Copete, eleva a sesenta mil euros. Respecto a la pena de cárcel, el abogado solicitaba inicialmente diez años, pero lo dejó en cinco aplicando ya las dilaciones indebidas. La defensa, a cargo del letrado Antonio Aznar, pide la absolución.

Sí está claro, por las manifestaciones escuchadas en el plenario, que la víctima se presentó en el lugar con actitud agresiva. Primero agredió a uno de los presentes, causa por la que fue condenado por una falta en el juzgado de Instrucción número 5. Se avisó a la policía, pero después regresó al lugar y se montó otra trifulca. Ahí surgió lo que ha motivado este procedimiento.

El acusado afirmó que la vícitma “llegó tambaleándose por el consumo de alcohol y la emprendió a golpes. Luego fue a su ciclomotor y sacó un cuchillo de cocina, un machete y una navaja, por lo que los demás nos refugiamos en una bodega y avisamos a la Policía Nacional, que acudieron. El chico se había marchado, pero regresó después y Pepe le recrimina su actitud, siendo agredido y cayendo ambos al suelos. Fuimos a separarlos y me agredió por la espalda tras quitarle de encima al que le estaba pegando. Llevaba una navaja de mariposa que se le cayó al suelo. Cuando estaba sujeto y no paraba de exigir que se le dieran, la cogió del suelo y, cerrada y con el seguro puesto, se la lancé, pero ni tiré con fuerza ni a la cara, nunca quise lesionarlo”.

La fiscal le preguntó por qué le dio la navaja si estaba en estado de embriaguez (“al estar sujeto estaba menos hostil y lo hice para que se fuera, además tenía otras dos armas, por lo que una tercera era insignificante”) y aludió a ciertas contradicciones en las declaraciones efectuadas en su momento y ahora. 

La víctima declaró por vídeoconferencia, pues se encuentra cumpliendo una condena en el centro penitenciario de Ocaña por otro asunto. “Yo estaba sujeto y la otra persona sacó una navaja multiusos del bolsillo, la abrió y me la tiró a la cara. Me dio y a los pocos segundos comencé a sangrar”. Afirmó que no agredió nunca al acusado, que no llevaba armas y que no agredió a Pepe. La fiscal el preguntó por qué presentó al denuncia dos días después de celebrarse el juicio con Pepe, el 20 de marzo (“para que este asunto no quedase impune”) y también le expuso contradicciones en sus diferentes declaraciones.

Después hablaron los testigos. Uno expuso que le habían dicho que el acusado “le dio sin querer en el ojo al devolverle la navaja” y que la víctima “iba bebido a más no poder y muy agresivo, además de portar un machete”.

Pepe afirmó que agarró a la víctima “para evitar una pelea con las personas que estaban allí (aunque finalmente agredió a varios de los que estábamos allí) y se le cayó una navaja al suelo, que estaba cerrada. Raúl la cogió del suelo y la otra persona le exigió que se la diera, se la lanzó y dio en una mano, para después golpear en la cara”.

Dos funcionarias del Instituto de Medicina Legal, tras exponer el problema de un asunto con tanto años (entonces con existía el IML), indicaron que la herida en la córnea “es perforante y lo normal es que lo produjera algo punzante o que tenga bordes, pero no se puede producir a base de puñetazos… Extra que una navaja cerrada porduzca tres heridas”. También indicaron que es un problema de ceguera parcial. Pedro Copete, acusación particular, expuso que es ceguera total porque sólo conserva una veinteava parte de su visión.

 

 

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