El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha elaborado un Código Ético para sus agentes donde, entre otras cosas, pide que actúen con independencia del poder político. Es un tratado deontológico, por lo que no sustituye al régimen disciplinario y su incumplimiento no llevará sanciones.

• Anexo. Código Ético.

El código costa de 26 artículos y destaca la importancia en los actos de cada uno de los agentes. "Cada policía debe ser personalmente responsable de sus actos, de sus omisiones y, en su caso, de las órdenes dadas a sus subordinados. No incurrirá en responsabilidad el policía que incumpla una orden cuyo contenido sea ilegal", señala.

En cuanto a una posible corrupción propia o ajena, apunta que los agentes deben ser apoyados por sus superiores y sus compañeros cuando den cuenta de cualquier acto, "incurrirán en este tipo de actos tanto los que los realicen como los que los toleren, o los que conociéndolos no actúen para impedirlos o no los denuncien".

El Código señala, además, que los agentes pueden investigar tanto por el "mandato y decisión de la autoridad judicial, por denuncia ciudadana", pero también "por propia iniciativa policial ante la existencia de sospechas razonables de que una infracción se ha cometido, se va a cometer, o en prevención de la misma, actuando siempre según lo previsto por la ley", dice.

Los policías deberán relacionarse con los ciudadanos con "con empatía, imparcialidad, autocontrol y elegancia, utilizando un lenguaje verbal y no verbal correcto, comprensible y respetuoso en todas las actuaciones" y siempre deberán identificarse en todas sus intervenciones, de  conformidad con los principios de transparencia y legalidad", haciendo uso de la fuerza en casos de "absoluta necesidad".

El Sindicato Unificado de la Policía (SUP) ha mostrado su rechazo a este documento.