* La Fiscalía solicita 14 años de cárcel y la defensa pide que sea absuelta
* Acudió a Urgencias por un dolor en la rodilla, pero su familia sospechaba que estaba en estado y su prima fue quien, antes de desmayarse, descubrió lo que había hecho
* Los médicos tuvieron que apartar papeles con sangre y rasgar la bolsa para encontrar al retoño
* La acusada ha dicho en la Audiencia que tenía miedo porque su madre no quería que tuviera más hijos
* La madre ha manifestado que nunca hubiera echado a su hija de casa: "Donde comen cinco pueden comer seis"

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Piden catorce años de cárcel para una mujer que dio a luz a su bebé y lo dejó en una papelera

Amanda R. L., de 21 años, ha sido juzgada, durante tres horas hoy en la Audiencia Provincial, en Cartagena. Se enfrenta a una pena de catorce años de cárcel por dar a luz a su bebé y dejarlo en la papelera del aseo de Urgencias del hospital del Rosell, dentro de una bolsa del plástico.

La mujer acudió al hospital aquejada de un dolor de rodilla, cuando en realidad estaba de parto. Su madre y su prima sospechaban algo, pero no pensaron que sería capaz de “hacer una cosa así”. La Fiscalía pide una pena de catorce años de cárcel, mientras que su letrado pide la absolución, mientras que el abogado Antonio Sánchez de Bustamante pide la absolución, basando su defensa en trastorno psicológicos que sufre la acusada y que nunca quiso acabar con la vida de su hijo.

La mujer, madre de dos hijos, se quejaba de un dolor en la pierna y acudió a Urgencias del hospital del Rosell en compañía de su madre y de su prima, quienes ya sospechaban previamente que Amanda podría estar embarazada. En un momento determinado, ella entró en el aseo y las otras dos mujeres esperaron fuera a que saliera. Instantes después, que fue cuando la llamaron para una segunda inspección médica, la prima (quien anteriormente le había comentado al médico que sospechaba que estuviera embarazada) entró en el aseo, donde descubrió que la papelera estaba llena de papeles con sangre, entre los que estaba el bebé que había alumbrado su prima. Tras observar la escena, avisó a los médicos de lo sucedido, sufriendo a continuación un desmayo.

Al lugar acudieron dos médicos, uno de ellos el que la había atendido por su dolor de rodilla. El primero de ellos observó la papelera llena de ‘papeles con sangre’, tal y como ha dicho esta mañana en el juicio y tiró la papelera al suelo cuando vio una bolsa de plástico cerrada y tuvo que rasgarla para poder sacar al bebé.

“El bebé estaba con la placenta y con el cordón umbilical. Inmediatamente lo cogí y mi compañero llevaba la placenta en la mano”, ha asegurado el médico. El niño, que no sufrió secuelas, tras pasar cinco días en el hospital fue dado de alta y pasó a manos de los servicios sociales de la Comunidad. Tanto la policía como los médicos, que allí se encontraban, han asegurado que la mujer no presentaba ningún signo de alteración ni de nerviosismo, lo que sí estaba era “en shock”, han dicho.

La acusada ha alegado que actuó así porque tenía miedo de lo que le pudiera pasar, ya que la familia se encontraba en una difícil situación y su madre no quería que tuviera más hijos. Durante la jornada del juicio, la madre de la acusada, entre lágrimas y sollozos escuchaba cada una de las declaraciones de los testigos, y ha declarado que ella no amenazó en ningún momento a su hija y que sospechaba que ella estuviera embarazada. Aunque ella es el principal sustento económico de la familia, ha asegurado que “no hubiera echado a su hija de casa. En la casa somos cinco y donde comen cinco, comen seis”.

La Fiscalía, representada por David Campayo, pide una pena de catorce años de prisión, mientras que su letrado defensor solicita la libre absolución alegando que la mujer no quería acabar con la vida de su hijo.