Durante la jornada de hoy, la sala de la Audiencia Provincial ha acogido la última sesión del juicio contra un hombre acusado de causar la muerte a su ex cuñado, con dos disparos de bala. Hoy le tocaba el turno a las declaraciones periciales, es decir, los forenses que vieron a la víctima y al acusado y a los miembros de la Policía y Guardia Civil que llevaron el caso.

Uno de los forenses que se ocupó de la autopsia del cadáver de la víctima, Alfonso Sánchez Hermosilla, ha sorprendido a los componentes del Tribunal con la declaración de que el cuerpo de la víctima tenía tres orificios de heridas por arma de fuego, “la víctima tenía tres heridas de bala” y ha añadido que dos de las heridas "tenían orificio de entrada y salida, pero la otra no”. También ha apuntado que cuando ellos revisaron el cadáver, la víctima ya había estado en el hospital, por lo que presentaba una cuarta herida quirúrgica, que fue necesaria para intentar salvarle la vida.

Se trataba de un joven atlético, sin mucha corpulencia y con un “corazón deteriorado”. El cuerpo no presentaba otro signo de violencia ni ensañamiento y lo que sí que pudieron observar en el estudio del cuerpo es que aún tenía por encima un “tatuaje de pólvora”. Cualquiera de las heridas que sufrió pudieron ser mortales, ya que una le rompió completamente el intestino y la otra le perforó un pulmón, aunque falleció horas después en el hospital.

Ana Rosa, médico forense que llevó a cabo el estudio psicológico al acusado tres meses después de los hechos, en el mes de enero de 2010, ha calificado que se trata de una persona “reflexiva, sin alteración mental, totalmente consciente de lo que hace” y que no presentaba "ninguna actitud de arrebato ni obcecación”, añade. “Una situación de arrebato se entendería como una situación de acción-reacción y una situación personal de obcecación sería una persona con problemas metales, con una patología previa”, así se explicaba la forense esta mañana.

Los facultativos que analizaron la sangre de la víctima y la Guardia Civil, que fueron los encargados de hacerse cargo de las pruebas del caso, la camiseta rota del acusado, arma, munición, etc., se han ratificado en sus declaraciones y han confirmado que, tanto la sangre analizada como las pruebas del suceso, coinciden con la sangre de la víctima y con el arma y munición utilizada.