Miércoles, Julio 03, 2024
   
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La cosecha XXVIII de las fiestas

Han pasado unos días, pero aún están calientes las vivencias y sensaciones dejadas por Carthagineses y Romanos de 2017, las primeras con el sello de que interesan, incluso, a los de tierras muy lejanas. Seguro que todavía llegamos a tiempo para coger el ‘valor de los balances’ que a fiestas pasadas lleva a cabo cada uno desde su particular posición. Dado el gran despliegue (sin parangón) que el diario www.cartagenadehoy.com lleva (a más) cada año, también tenemos nuestras conclusiones.

Comenzamos a la inversa, es decir, primero ponemos nota (notable alto) y después valoramos las cuestiones. Lo primero es la revista oficial. No ha gustado. Es una opinión personal y un sentir de muchos festeros por los comentarios que nos han vertido. Es una buena revista de historia, pero no una revista de fiestas. Quiero recordar que Carthagineses y Romanos brota de la fiesta (reemplazar a la Velada Marítima) y llega a la historia. Otra cosa sería surgir de la historia e ir hacia la fiesta.

Un buen año en cuanto a desplegar el espíritu festero y en lo referente a recibis a ‘invasores’. Los primeros días fueron más tranquilos y los integrantes de tropas y legiones pudieron disfrutar en el campamento de su condición festera con invasiones, novatadas, juegos, raptos… Había espacio y muchas ganas. A partir del miércoles noche desaparecieron los  huecos que había en la gran aldea. Hubo alguna noche, incluso, agobiante. La última noche, la del domingo, también resultó espectacular. Nunca se vio tanta gente. Dicen los que saben contar seres humanos que este año ha aumentado un 20% la presencia de personas en torno a las fiestas. Bienvenidas sean.

Otro dato muy importante son las cuatrocientas altas de festeros y que los jóvenes estén cogiendo riendas de muchas tropas y legiones. Todavía queda algún grupo al margen de ganar esa batalla del relevo generacional y con muy malas pintas para un futuro a medio plazo. También hay otro detalle por pulir. Bastantes jóvenes que entran no terminan de asimilar que hay que montar y recoger campamento. Que sepan que ser (buen) festero conlleva formar parte de un grupo para todo e ir ‘todos a una’.

Los actos. En lo referente a los carthagineses, pocas novedades. Detalles puntuales sobre obras que ya se han convertido en tradicionales y que poco sorprenden. Su puesta en escena es muy buena, pero no hay que perder al que lleva varios años viéndolas.

Los romanos han sido más aventurados, en gran parte por la llegada de un nuevo ‘cesar’ en la persona de José Moreno. La plaza de Juan XXIII es también parte de la ciudad y le han dado vida festera con tres actos matinales (no todo es el puerto). Sobró el ‘picante’ sol, pero será cuestión de poner una carpa al foso o esperar que crezca el arbolado. Alta nota para la cada día más espectacular y sentida ‘Destrucción de Sagunto’, le faltó humor a la crítica ‘Sesión del Senado’ y duele no ver representación municipal ni policía local en el acto de Torreciega, tan tradicional como importante aunque no esté entre paredes del casco antiguo. Muy bien el Ajedrez Viviente y la irrupción de los gladiadores.

Faltó una cosa, y que no es atribuible al Senado. Me refiero a ‘vivir’ el espectador más lo que está contemplando. Hay festejos por España en los que el jolgorio y los gritos a favor de uno u otro son atronadores. Aquí nos gusta lo que vemos, pero somos menos expresivos y excesivamente protocolarios. En la mañana gladiadora se veían a romanos tratando de arrastrar al público, pero costaba mucho. Tener que decir que en Cartagena nos falta espíritu latino-mediterráneo suena hasta mal.   

Tres actos merecen especiales consideraciones. Los Comicios son magníficos, pero su representación se reduce casi a ‘la familia y unos amigos’. La causa es que es la tarde-noche del día del niño en la feria de atracciones y casi todos están en el campamento. No sé cual es la solución (doctores tiene la iglesia…), pero hay que hacer algo porque la obra se lo merece. A la batalla le faltó ‘sal’ y algo más de combates. No estuvo mal, en absoluto, no quiero decir éso, pero las he visto mejores para el espectador y para el festero. En los primeros, donde estábamos ubicados dos redactores de este diario en lugares diferentes, percibimos que las escenas no terminaban de engancharlos. Respecto a los festeros, bastantes nos dijeron que otros años han disfrutado más. Es un gran espectáculo de raíz en el que la mesa de batalla trata de ‘reinventar’ y mejorar cada año. Sana misión, pero no olvidemos que todo lo que está dirigido al público su resultado final depende del mismo. Vamos, es como el fútbol, puedes entrenar muy bien y jugar de cine, pero como el adversario meta más goles, has perdido, lo mires como lo mires.

A nivel de Federación, salir desde algunos barrios con el pregonillo fue un acierto y no estaría mal concebir una caravana. Mucha gente en el Encendido del fuego, con capítulos novedosos y casi reservados a los festeros en el Teatro Romano y Templo de Isis. Sobraron fotógrafos y lo digo desde un medio de comunicación. Deslucen muchas escenas.

En el pregón, el ‘guerrero’ López Miras no se achantó. Al margen de centralismos (las fiestas no es el lugar para alzar la voz en este terreno), hay que reconocer que los tuvo bien puestos. Verlo en la gran aldea fuera del área de protocolo fue otro tanto a su favor, dicho desde quien es independiente en esto del farrogoso mundo de la política. Por cierto, dentro de este capítulo, destacar la cada vez mayor implicación del gobierno municipal (no me refiero ahora a la inversión económica) en una fiestas que reúne a buena parte de esa ciudadanía de la que gestionan sus impuestos. ‘Mamá’ se quedó con la ‘estrella de David’ (la alcaldesa y su nuevo hijo), mientras que Juan Pedro Torralba se multiplicaba durante todo el día en asuntos municipales y festeros. David Martínez, a la chita callando, se ha convertido en uno más fuera de protocolo. Ha lucido vestuarios de tres grupos y para 2018 auguramos que estará de novato en alguno. Al edil de Seguridad Ciudadana, Francisco Aznar (y señora), y a Obdulia, también se le han visto fuera de protocolo. En Movimiento Ciudadano ha vuelto a participar en la batalla José López, ahora como un humano más tras dejar la alcaldía. Forma parte de los errantes Indiketes, donde también está la edil María José Soler y hombres fuertes del partido como Jesús Giménez y Ángel Tarifa. En el PP hay festeros de larga tradición, pues Diego Ortega sigue siendo un ‘baal-hammonero’ y Florentina García, con unos cuantos, mantiene calientes las cenizas de Argentum.  

Volvamos a los actos de Federación de Tropas y Legiones. Se acertó en el reparto de migas y tarta cartagenera en la noche final del campamento. Del desfile poco que apuntar. Es tan magno cada año que sólo el vestuario y planta de los festeros lo hace único. Luego están las animaciones, animales y otros elementos, pero es potenciar lo que ya de por sí es bello.

Y en cuanto a los personajes, muy bien en arengas a los ejércitos, en credibilidad actoral y en cercanía  los festeros, además de no rendirse por el agotamiento que han llevado.

¿Queda algo?. Ah, sí, eso de la seguridad. Muy bien el despliegue de Ayuntamiento (Policía Local, Protección Civil, Bomberos, etc.), Policía Nacional (agentes) y Federación (vigilancia privada). Sólo hubo una ‘noche tonta’. Fue una de las últimas y brotaron algunos ‘capullos’, pero no debe empañar un año en el que nos hemos sentido seguros.

¿Y ahora que’? Lo primero es no quitar la ‘h’ de Carthagineses. Desapareció del perfil de Facebook, luego lo hizo de la portada de la revista oficial… El tema empezaba a oler y hay quien apuntaba que era porque los originales púnicos eran cartagineses y que así era más fácil localizar estas fiestas en el ‘Buscador’ de internet. Cada uno tiene su opinión. La nuestra es que es una seña de identidad de los fundadores y que debe ser respetada. Y segundo, si es para facilitar la búsqueda, supongo que en otros lugares pensarán igual y San Fermín pasará a llamarse ‘Pamplona’, las fiestas de Astures y romanos  serán ‘Asturianos y romanos’, la Feria de Abril se convertirá en ‘La feria de Sevilla’ y las Fallas en ‘Valencia arde’, o algo similar. La popularidad no la da el nombre, sino lo que se ofrece.

El campamento estable no está descartado, pero sigue lejos, en el horizonte. Un lugar temático de visita todo el año para cruceristas y otros visitantes puede ser rentable si se planifica bien.

Queda conquistar definitivamente a vecinos de barrios y diputaciones. Este año han venido muchos extranjeros que residen en España y los que tienen el techo en otros lares seguro que lo harán con las campañas institucionales, pero hay que mirar más cerca, como a los municipios de la comarca y a los de toda la Región. ¿Más cerca todavía?. ¡Pues sí! Faltan muchos vecinos de barrios y diputaciones. Hay que saber que la ciudad acoge a 50.000 residentes y que en el resto del municipio están establecidos 170.000. Bastantes están metidos en grupos, pero todavía hay un buen número de los que no vienen o su presencia la reducen a dar una vuelta al campamento y acabar en la feria con el niño. ‘Lo que no se conoce no existe’, es el lema de esta empresa periodística, y Carthagineses y Romanos aún no se ha dado a conocer en muchos puntos próximos a su corazón.

Y ya puesto en asignaturas pendientes, sigo echando en falta una banda sonora propia de Carthagineses y Romanos. Música épica que no sea la de Conan, Gladiator y otras de cine americano. Me cuentan que hay alguien preparando una para cada bando. Esperemos a ver que pasa. Hace años se gestó y se presentó ‘Triunfus’, pero su presencia fue muy efímera.

Bueno, a lo que vamos. Salve Carthagineses y Romanos porque habéis dado la talla y con solvencia, pero nunca está de más conocer otros puntos de vista, como el de las gentes de un diario que también trabajan por difundir unas fiestas. Aunque, quizás, estamos equivocados y todo está ‘ferpecto’…

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Más vale un acuerdo que el mejor de los juicios

Causa extrañeza, y así nos lo están expresando algunos lectores, que un asunto de tanta relevancia se haya resuelto de la manera que lo ha hecho el caso de Cala Cortina. Mientras unos gritaban que defenderían su inocencia hasta el final y otros que pondrían todos los medios para que cayera lo máximo de lo máximo a los acusados, resulta que al final el castigo se queda en algo similar a lo que pudiera caerle a quien comete un robo con fuerza. ¿Por qué se llega a este punto? Vamos a tratar de dar una versión en base a los años de experiencia en este mundillo de juristas y mercaderes.

Lo primero que observo es que las dos partes han quedado satisfechas, pero escucho dispares versiones, pues mientras para unos se ha acreditado que son los autores (por acción o por omisión) de Diego Pérez, para los otros se ha acreditado que no son asesinos. Esta cuestión queda en el aire y cada uno se agarrará a lo que le parezca. Por lo que está escrito, y han firmado, son ‘homicidas imprudentes’. Punto y sigamos. Si no hay tanto entendimiento en el adjetivo, es de suponer que la clave viene por otro lado. Bien pudiera ser que para unos hay compensación económica y para otros mínimo castigo. Cada uno trata de explicar que es mucho más, pero nadie puede negar que existen argumentos para pensarlo. Por ejemplo, una condena tras el juicio por homicidio imprudente, posiblemente, no llevaría emparejadas esas cantidades indemnizadoras. Por el otro lado, de penas que se llegaron a pedir de 24 años para cada agente a 4 que han quedado es una buena opción. Me explican que en realidad no eran tantos años, pues la detención ilegal va de 4 a 6 años y el homicidio imprudente podría haber quedado de 1 a 4, pero yo en este caso no pienso, sólo me remito a lo que se dijo y publicó en su momento.

No descubro nada si hablo de mercadillo en la justicia. Está a la orden del día y éste sería un caso más si no fuera por la relevancia del asunto. Uno ofrece, el otro pide, el de más allá cede… y al final se llega a un acuerdo. Después es cuestión de darle forma y meter la tijera para rebajar la pena a lo pactado aunque sea con una chocante confesión, pues ninguno dijo nada del traslado de Diego a la Cortina hasta que saltó el tema (varios meses después). Que quede claro que en momento alguno quiero decir que la sentencia final no se ajuste a ley, en absoluto. Hasta en los acuerdos más rocambolescos, aunque haya que cogerlas con papel de fumar, lo están y a los tribunales siempre llega un paquete con visado pleno de legalidad. En este caso, creo, también ha influido que han depositado un dinero para compensar el daño infligido. 

Alguien me dice que han existido presiones para forzar el acuerdo. Ni idea. También apuntan que ha sido una forma de salir de la presión de la prensa. Aquí sí me pronuncia. De presión, nada de nada. La prensa da cuatro noticias: suceso, arresto, libertad provisional y un par de cosas más. El resto de publicaciones, la gran mayoría de ocasiones, son activadas por las propias partes, ya sean familiares o representantes legales. ¿Han tenido algún problema en estas tierras desde que salieron en libertad provisional a causa de los medios informativos?. La respuesta es obvia.

Creo que ha sido un gran acuerdo para las partes (lo digo con sinceridad) surgido del miedo, pues tanto unos como otros temían no conseguir el objetivo de partida. A priori parecía clara la condena por la detención ilegal y la absolución por el homicidio, pero era un asunto tan enrevesado que todo podía suceder. Y además con jurado popular, a los que muchos temen en asuntos tan enrevesados como éste y más tras un mes de intensas y agotadoras sesiones plenarias.

En definitiva, un acuerdo es más tranquilizador para la salud que el mejor de los juicios (muchos en esa situación, muy posiblemente, hubieran terminado haciendo lo mismo) y al final todo está ‘ferpecto’.

 

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