Miércoles, Julio 03, 2024
   
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'La pregunta del millón'

¿Qué deben hacer las personas mientras son víctimas de un delito? Esta pregunta es la más planteada a los agentes de la Policía Nacional, por lo que hemos observado en distintas ocasiones, por parte de los vecinos en las charlas informativas que se ofrecen en diversos locales sociales.

La pregunta es clara, pero la respuesta no convence. Los 'agentes docentes' exponen que lo mejor es no resistirse para evitar males mayores, como pueden ser que, además del robo, causen lesiones a la víctima. Como regla general se puede admitir esta opción, pero hay circunstancias en que esto no vale.

¿Qué se hace si entran unos atracados en casa amenazando y causando daños a seres queridos? Si estamos pasivos, ¿se crecerán e irán a más? Y si es una violación, ¿qué?

Esta semana hemos conocido que en Tenerife un hombre de 83 años ha sido condenado a dos años y medio de cárcel por causar la muerte de las personas que entraron en su domicilio de forma violenta. Hizo un primer disparo de aviso y un segundo mortal hacia quien torturó a su esposa. La Audiencia considera que tenía otras alternativas para salvaguardar su integridad física y la de su mujer. ¿Cuáles?, me pregunto. Si resulta que estar drogado o bajo los efectos del alcohol beneficia a los delincuentes porque merma su racionalidad, ¿en qué situación de raciocinio puede estar una persona cuando ve que amenazan a su familia? En algunas de las charlas antes mencionadas, es un comentario habitual escuchar: "¿Cómo puede ser que el que entra en una casa ajena tenga los mismos derechos ante la Ley cuando son ellos los que provocan tensiones y trifulcas con los moradores que estaban tranquilos y sin meterse con nadie?". No se entiende. 

Luego está el asunto de 'la manada' de Pamplona, donde el fallo del juez deduce que si no hay resistencia a la violación el castigo para los autores es menor.

No creo que sea cuestión de machismo o feminismo, sino de que las víctimas, en general, parecen merecer menos consideración que el tan cacareado espíritu de reinserción a los 'malos'.

Estos hechos han sido sonados a nivel nacional, pero tampoco son nada nuevo. Hemos sido testigos de la decepción e impotencia que en juzgados de Cartagena han sufrido personas que fueron víctimas de asaltos a sus casas cuando estaban en el interior y que después ven como los castigos a los que le hicieron vivir esas pesadillas quedan en pactos para 'sentencias light' sin contar con ellos.

Podíamos contar bastantes comentarios escuchados durante los nueve años de historia de Cartagena de Ley en nuestros habituales recorridos por los pasillos del Palacio de Justicia. Algunos exageran, pero hay un buen número a los que se les observa sus caras de impotencia y de una enorme decepción en la justicia.

No basta con decir que una sentencia se ajusta a derecho y que se puede recurrir, pienso que hay que valorar más factores, como recordar que la justicia representa a la acción del pueblo hacia quien se ha salido de las normas de convivencia. Una parte del problema está en las leyes y otra se encuentra en el factor humano de los que la aplican, pues en muchas ocasiones los artículos del Código Penal ofrecen horquillas para resolver con mayor o menor severidad.

Muchos ciudadanos, a raíz de las últimas sentencias mediáticas, han comenzado a alzar la voz contra la justicia. Eso no es bueno, pero hay que reconocer que la propia justicia ha puesto granos de arena para llegar a esta situación.

Ya hay quien aboga por 'juzgar a la justicia'. Quizás sea exagerado y resulta que todo está 'ferpecto', pero (casi siempre) cuando hay ruído es por algo.

 

Fuera del fuego cruzado

Por alusiones. Hace un tiempo expusimos la postura de este diario sobre la (casi) eterna lucha de poder entre PP y PSOE, que era de quedar al margen y evitar que el periódico se 'manchase' por los descalificativos en la refriega. Hemos seguido en esa línea, no sin alguna susceptibilidad por parte de unos y otros. Vamos, eso de que 'si no estás conmigo es que estás contra mí'. Lo que piense cada uno nos da igual, pues no tenemos color y damos prioridad a la actividad de los vecinos que a la de los políticos. La verdad es que el planteamiento es muy razonable y así lo ha entendido mucha gente, habiendo sido felicitados por aquel artículo de intenciones mucho más de los que nuestros políticos piensan.

Sin embargo, de pronto pasa junto a nosotros una bala. Entonces nos damos cuenta de que el PP nos ha metido en el fuego cruzado al difundir un comunicado que comienza así: "Desde el Partido Popular de La Unión queremos manifestar nuestra preocupación y malestar ante los malos datos económicos de nuestro Ayuntamiento que vamos conociendo y que Pedro López filtra de manera interesada y con gran escasez....". El quid del enfado está en el "filtra de manera interesada", siendo más que obvio que se refiere al artículo que publicamos hace unas fechas (pinchar aquí) firmado por un servidor. Entramos en la red social de 'los populares' y vemos que ya ha sido bastante compartido. En nuestro diario hemos omitido esa parrafada porque no afecta al fondo del asunto, pues así lo hacemos con los comunicados de los diferentes partidos políticos cuando vemos frases (calificativos en la mayoría de ocasiones) ajenas al asunto en cuestión y que se utilizan como puyas.

Lo primero es aclarar que nadie nos filtró nada, sino que fuimos nosotros los que nos dirigimos al gobierno municipal cuando nos enteramos del decreto-ley y, además, pensando de que La Unión estaba entre los municipios beneficiados. Tampoco dábamos a 'bombo y platillo' las cifras facilitadas porque el sujeto de la información era el asunto aludido antes. Por poner un ejemplo, hicimos lo mismo que unas semanas antes cuando nos dirigimos al PP por el asunto del plan general de ordenación urbana. Si la información está firmada por un servidor, es un servidor el que se interesa por un tema, nunca el que se deja utilizar. Tampoco si las respuesta son ciertas o no es responsabilidad de quien pregunta, pues no tenemos acceso a toda la documentación ni tampoco es competencia nuestra convertirnos en contables.  

Acción-reacción. El PP puede decir lo que quiera de su 'enemigo político' pero sin meter a terceros. Esa misma frase se podía haber escrito sin la alusión y no pasaría nada, ni cambiaría el sentido del comunicado. ¿Entonces, por qué se escribe? Parece que no es suficiente el fondo del asunto y que hay que dejar de entrever favoritismo, intereses y, en definitiva, películas que no entienden las mentes no roídas por la política. El que lo haya escrito y los que le hayan dado el beneplácito, que se lo hagan mirar. Esto mismo lo diré el día en el que sea un comunicado socialista el que nos aluda de forma gratuita.

Un servidor lleva más de treinta años en una profesión tan maravillosa como es la del periodismo y nunca he dejado que en mi trayectoria me coloquen mácula alguna, y mucho menos lo voy a consentir ahora que las canas brotan con alegría en mí. Siempre he proclamado que me encanta la política surgida en los años setenta del pasado siglo desde la cuna democrática y actualmente tengo propuestas para meterme en ese terreno, pero me parece que hablar de los valores de la política actual y los de su origen son dos mundos tremendamente alejados. Es una pena que todo no sea tan 'ferpecto' como, quizás, algún día se soñó.

 

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