Tras la fratricida guerra española, nuestro país, al igual que sucedió en Europa tras concluir la II Guerra Mundial, se llevaron políticas demográficas para potenciar la natalidad. Fue lo que llamaron el ‘baby boom’ y en España supuso reforzar el concepto de familia con hijos. Lo que entonces se hizo tenía un sentido y ese incremento de la población supuso, entre otros factores, muchos cotizantes. El tiempo pasa y los que eran niños, luego fueron jóvenes, pasaron después a adultos y ahora llegan a personas mayores. Y resulta que cuando hay que pagarles surgen los problemas. ¿Es que nadie pensó en que las personas crecen?. Se mire como se mire, no es justo. Quien ha pagado de forma obligatoria bajo la promesa de que así tendrá un sueldo cuando deje de trabajar, no se le puede decir ahora que no hay dinero o que nuestros mayores de ahora viven demasiado. No creo que la mayoría viva más que el tiempo que ha estado trabajando.

El problema está en el agujero que le han provocado los políticos a la bolsa de las pensiones y destinar dinero pensando en unos pocos más que en otros muchos. Podría hablar de los rescates a los bancos o a las autopistas, pero da igual, pues la cuestión en encauzar la economía del país de forma coherente arrinconando intereses políticos. Por ejemplo, ¿por qué no se pone un tope salarial a los políticos?, digamos unos 30.000 euros al año. Quizás le parezca poco a algunos, pero les recuerdo que quien se mete a político lo hace por vocación, o por lo menos eso se dice. Por supuesto, lo de pensiones vitacilicias a los altos cargos, nada de nada. 

Como digo, es una idea para que subir las pensiones no suponga la quiebra rota del Estado, pero lo mismo hablo de más y resulta que todo está ‘ferpecto’.