La esperanza como “hábito infundido a la inteligencia y a la voluntad para ordenar las acciones” es una virtud; es un sentimiento positivo que mantiene la motivación cuando se ponen en marcha actuaciones para conseguir los objetivos. Pero también puede ser un terrible defecto, cuando se utiliza como falsa expectativa para aparentar que se hace algo, cuando en realidad no se está haciendo nada. En el ámbito de la política (supuestamente con objetivos definidos, temporalizados y presupuestados), inspirar esperanza fundamentada en nada y creerla, es un gran defecto porque deja de ser una virtud para convertirse en el deplorable vicio de la mentira.

Si alguien que padece una grave enfermedad tiene la esperanza de curarse sin buscar los medios y poner en marcha las acciones para superar la situación, se sitúa en el camino de la muerte; confiar solo en las palabras y no en las acciones reales, mata.

Pedro Rivera Barrachina, nuevo Consejero de Fomento de la CARM, en estos días deseaba infundir esperanza en Cartagena reiterando “la apuesta del Gobierno regional por el desarrollo económico de la ciudad con la dotación de grandes infraestructuras como la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) de Cartagena y la llegada del AVE, inversiones rentables que tienen efecto multiplicador”. Señaló que “la Región será más fuerte con una ciudad y comarca de Cartagena más próspera, capaz de atraer inversión y crear empleo” y destacó que el Gobierno “mantiene una sólida estrategia a favor de la competitividad de la economía de Cartagena, cuya puesta en práctica está acompañada de un respaldo inequívoco y firme a todos los proyectos que promuevan su crecimiento económico y social”; y bla, bla, bla… Y de esto trata esta breve reflexión. Similares palabras han sido pronunciadas por Francisco Bernabé, Andrés Ayala, Pilar Barreiro, Pedro Antonio Sánchez o Ramón L. Valcárcel -entre otros-. ¡En Cartagena llevamos años escuchando ese tipo de declaraciones políticas!

Veamos acciones reales de los últimos años: se ha afrontado la construcción de una ZAL en Murcia, a 60 km del puerto marítimo lo que es un caso único en el Mediterráneo español. Vemos que la distancia entre Madrid y Málaga es de 415 km y el recorrido en tren entre ambas ciudades dura 2 horas y 40 minutos, vemos que el trayecto Madrid-Alicante es de 420 km y el tren invierte 2 horas y 20 minutos en su recorrido y finalmente observamos que el tren tarda al menos 5 horas en recorrer los 391 km del trayecto Madrid-Cartagena. Que no se ha deseado la llegada del AVE a la Región en el 2016, resolviendo el kilómetro y medio del racional bypass de Beniel, dando prioridad a un complejo acceso a la ciudad de Murcia (como si esta obra no se pudiera hacer después)… Vemos el enorme desajuste de unos presupuestos regionales insolidarios, injustos y -sobre todo- irracionales porque no soportan un mínimo análisis de la razón. Si no hacemos nada, el sentimiento de esperanza -mal orientado- puede conducirnos a la resignación frente al destino, a ponernos de rodillas ante la manipulación que espera destruir la capacidad para el compromiso.

Sr. Rivera, sus palabras hoy no infunden esperanza. Así que dispóngase a demostrarlas con hechos y acciones reales, para que pronto podamos considerar ciertas sus afirmaciones. De esta forma podremos comprobar que su honestidad es mayor que la de quienes le precedieron.

Esta señora que parece sacada de paleolítico, en los años que le quedan de legislatura puede dejar a Madrid ‘hecha unos zorros’, como gobierna a su capricho, pues le ha dado por la tauromaquia sin importarle incluso dejar de recaudar vía impuestos grandes cantidades de millones durante la Feria de San Isidro y Otoño; por cierto, dinero que sirve para poder mantener la Seguridad Social, hospitales, pensiones, educación etc. y por supuesto sus altísimos e inmerecidos sueldazos.

Como una señora. Con su carrera de jueza puede ser tan injusta y ‘chula’ que es capaz de saltarse a la torera una ley recogida en el Boletín Oficial del eStado A-2015-5794 aprobada en las Cortes Generales y ratificada por S.M. El Rey Felipe VI, declarando los toros ‘patrimonio cultural inmaterial’ con todos los derechos de protección promoción y difusión para fomentar dicha cultura;. Bien, pues esta aprendiz de político lejos de ocuparse de los problemas serios de paro, pobreza, miseria, malos tratos, sanidad, Seguridad Social, inmigración, inversiones de capitales privados que ella ha ahuyentado por su capricho sin pensar en la ciudad que le ha dado la responsabilidad de gobernar, pues ahora le ha dado por tocar los ‘cataplines’ a las miles de familias y trabajadores que viven y pagan sus impuestos gracias al  mundo de la tauromaquia.

Ahora pretende la señora Carmena acabar con la tauromaquia en Madrid ¿Qué pretende, pasar a la historia como Carmena I la ‘destroyer’?. Madrid y España se merecen otra clase de políticos, no políticos resentidos que viven obsesionados con prohibir, prohibir y prohibir, eso sí, siempre a capricho con lo que a ellos les viene en gana.

En fin, amigos, aficionados al arte de ‘Cúchares’, unos pocos que se dedican a insultar, increpar y provocar a cientos de miles (pero que dominan las redes sociales como nadie) pretenden someternos a sus dictaduras ante la pasividad y consentimiento de la mayoría que tienen en sus manos la capacidad de acabar con estos abusos, pero que les da ‘canguelo’, siento vergüenza de quienes antes de las urnas prometen y prometen, para después abandonarnos y enviarnos a los brazos de estos dictadores intolerantes anti demócratas que pretenden acabar con la Cultura y Costumbre de los pueblos y que nos fueron transmitiendo nuestros antepasados, un legado que nos pidieron conservar, pero que esta nueva y pequeña generación pretenden borrar de la historia de España.
… ¿lo conseguiran?.... ‘That is the questions’.

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