Miércoles, Julio 03, 2024
   
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Lección de dignidad

En los tiempos que corren, donde lo superficial y banal mandan en este mundo mediocre, donde la pérdida de valores humanos es tangible y además emana de los que se supone deben ser garantes de los mismos, los políticos, en un mundo triste y oscuro, renace la esperanza, aparecen una tropa de jóvenes de entre 18 años y 30, un grupo de 17 chicas trabajadoras y estudiantes, que hacen el esfuerzo diario de entrenar varias horas diarias con la dureza que el deporte en el agua exige, siempre a horas donde la mayoría de la población descansa, alargando su jornada hasta altas horas, son las chicas del Club Waterpolo Cartagena, las mismas que “verbigracia”, nos han dado a los cartageneros una lección de dignidad, basada en el sacrificio y en el esfuerzo, el campeonato de liga femenino de 1ª División de la liga Valenciana.

Alguien escribió que, “En el verdadero éxito, la suerte no tiene nada que ver; la suerte es para los improvisados y aprovechados; y el éxito es el resultado obligado de la constancia, de la responsabilidad, del esfuerzo, de la organización y del equilibrio entre la razón y el corazón”.

Y en este éxito no ha tenido nada que ver la suerte, nadie les ha regalado nada, no ha habido nada improvisado, nadie se ha aprovechado de nadie, si bien al contrario han tenido que aprender de su propia inexperiencia para superar las innumerables dificultades por las que han pasado, ha sido un ejemplo de entereza y dignidad. Este éxito, que es de todos los cartageneros, a pesar de su ausencia, que es por extensión de todos los murcianos, ha sido exclusivamente obra de ellas, ancladas en lo que significa practicar un deporte ausente de protagonismo en los medios de comunicación, un esfuerzo que se han costeado y se costean desde el propio Club, por la ausencia de interés más allá de lo primordial para los medios y la población, pero es el día a día de estas deportistas y, de otros muchos más que hacen de su esfuerzo, su propio orgullo, llevando a gala el nombre de su ciudad, de nuestra ciudad, Cartagena.

Tras iniciar este año su andadura por la liga valenciana del Waterpolo femenino en categorías nacionales, han conseguido una proeza, ganar la liga y el consiguiente ascenso a la División de Honor. Una temporada que arrancaba desde la inexperiencia en la competición, y basada en las frustraciones de los comienzos en partidos amistosos, nada fáciles, si bien, el denominador común del grupo ha sido que, desde muy jóvenes su deporte ha sido la natación y en casi su totalidad gozan de la experiencia de su voluntariado como socorristas en playa, el esfuerzo que es su alma, el tesón que es su latir y el sacrificio que es su espíritu, han hecho de esta campaña un éxito rotundo, no han estado solas, los dos equipos masculinos que completan el Club Waterpolo Cartagena han sido sus máximos valedores, una piña, un ejercicio de compañerismo y camaradería que han conseguido un éxito que ha sido el de todos y todas, en resumen una lección de dignidad que solamente ofrece la nobleza de estos duros deportes.

Este grupo de deportistas nos demuestran día a día el cariz de nuestra juventud, la beligerancia en el trabajo y que el futuro pasa por personas preparadas, es un mensaje de aliento, que hoy en día es necesario y determinante, y como el futuro está en sus manos, dejemos que se acerque rápido porque está asegurado.

Así, con el temple de profesionales experimentados en la lucha por el balón, iniciaron un partido transcendental para su corta etapa en la competición. En el primer cuarto de partido se fueron ya, de tres puntos y se dedicaron a controlar el partido con la seriedad y tranquilidad que la confianza en sus recursos les daba, todas las jugadoras tuvieron cabida, y así se llegó al meridano con un 4 a 1 a favor de las cartageneras. Las hasta ahora líderes del Puertas de Valencia con sede en Almansa que se las prometían felices, no salían de su asombro, no podían perfeccionar jugadas, el control era absoluto por parte de las departamentales, un gol más se produjo en el tercer cuarto. Ya arrancando el último cuarto y con una serenidad espectacular se produjo el 6 a 1, no fue hasta los últimos minutos cuando dos goles de las visitantes plasmaron el resultado final de 6 a 3, en un partido vibrante donde por primera vez la piscina Municipal de Cartagena se llenaba de aficionados, de canticos y aplausos.

Un éxito que demuestra que el esfuerzo tiene su recompensa, que la suerte no tiene nada que ver; que no ha sido fruto de la improvisación y que este éxito que nos enorgullece a todos ha sido el resultado de la constancia, de la responsabilidad, del esfuerzo, de la organización y del equilibrio entre la razón y el corazón. Enhorabuena y suerte para el futuro

 

Desidia, incompetencia o falta de miras. De todo un poco

No cabe duda de que España está sufriendo un menoscabo en su determinante camino democrático y sobre todo en valores y profesionalidad, por derivada en responsabilidad, decía Clemenceau que, “Gobernar dentro de un régimen democrático sería mucho más fácil si no hubiera que ganar constantemente elecciones”, sin duda sería una gran ventaja para los gobernantes, a pesar de sus estúpidas políticas, pues se perpetuarían en los sillones. De alguna manera esto sí ha pasado y pasa en Cartagena, siguiendo aguas al menoscabo derivado de Moncloa, sí, todos estamos de acuerdo que Zapatero y sus gobiernos han sido una lacra para la nación pero la inoperancia y las continuas bajadas de pantalones ante los poderes fácticos actuales, de los cuales se han caído la Iglesia y el Ejército, otras víctimas que ya lo eran y ahora lo son más, pero, se mantiene la Banca y los exiguos capitalistas de fortuna rápida que a este gobierno lo están haciendo caer en la misma fosa zapateril, la de la mediocridad y la inoperancia, mientras los canallas… a por uvas, y la casi extinguida clase media a sufrir.

Desde 1995 no se conoce enemigo en la urnas cartageneras y eso es malo, tan malo que al final entramos en un círculo de desidia, de incompetencia y sobre todo de falta de miras y eso Cartagena no se lo merece, no se merece tener un oposición socialista tan ridícula y mundana como la actual, una oposición comunista que se cree un Cid Campeador de fortuna, y una representación anodina de los cartageneros que lucha por desenmascarar las inoperancias de los gobiernos populares, pero más huérfano que operativo. Cartagena no se merece tener un gobierno tan incapaz como el actual.

Cartagena tiene una semana grande que dura diez días, una semana donde el pulso socioeconómico revitaliza el corazón de la Trimilenaria a más de 180 pulsaciones por minuto y que cambia la fisonomía de la ciudad y además, que debería ser el mascarón de proa de esta goleta que conforma todo el crisol cultural que aglutina esta longeva ciudad y sin embargo, se queda anestesiada, intereses de despegue los justos. Para eso haría falta ser determinante en la metrópoli huertana, y eso nuestra alcaldesa no lo va a hacer, ya saben…, no se debe morder la mano que te da de comer. Craso error, la mano que les da de comer a la Alcaldesa y a su séquito son los ciudadanos de Cartagena y debe explotar el singular potencial turístico de la ciudad, pero de frente al Consejero dormilón de esa Murcia Kultural que nos quiere vender y eso no lo va a hacer. El despliegue informativo turístico debe ser ingente y, doscientos carteles de Semana Santa parece más ridículo que chabacano, sin olvidar el tratamiento de Internacional que tanto costó conseguir y que se puede perder por inaptitud y desidia, ojo…, encima con los puntos de información turística cerrados a horas determinantes, de nota…

El desarrollo informativo de Cartagena turística debe ser continuo y exigente, casi cansino, y así poder atraer al turista de fuera y de afuera….., claro que para eso los políticos sustentados por el erario cartagenero deberían ser capaces para ello, y ahí sí que dejan mucho que desear, no hace falta que nos regalen con sus tristes figuras en actos de relevancia, ni que hagan de la hipocresía su discurso permanente en medios y otras tómbolas, no hace falta que nos ofrezcan discursos versados en la vulgaridad o ni eso, no hace falta que vayan de prepotentes, ni que paren la procesión de Cabo de Palos para que pase el coche oficial, síntomas pueblerinos y de delirios de grandeza de los mediocres, así que, estas personas tienen que gestionar y para eso hay que valer, y esta tropa de gestión…, menos que nada.

Así comenzó este galimatías con el video sorpresa ofrecido por nuestro Excelentísimo Ayto., con orgullo de nuestra erudita e ilustrada concejala de Educación recibiendo a las integrantes de una beca en Cartagena procedente de Noruega, la bienvenida era para llorar, de vergüenza claro, en pleno siglo XXI la máxima autoridad política en Educación local de la que dependen sueldos, arreglos y entretelas educativas debería estar a la altura, quizás un simple “Welcome to Cartagena”, hubiera sido suficiente. ¿Por qué me recordó aquella escena de la película Bienvenido Mr. Marshall?

Luego… la aproximación municipal a los actos de relevancia semanasanteros, o motivo de protagonismo de fortuna, otro órdago a la grande, así, entre desidias y excusas, del ¡no puedo!, farsas de patio de colegio a las que nuestros concejales se aferran como a cabos salvavidas, ¡no tengo dinero para arreglar farolas! (Vía Pública), ¡no puedo hacer nada ante la desgracias de la gentes sin recursos llevados al extremo…,! (AASS), deficiencia en información turística, (Festejos y no sé qué más), ya redunda el tema de las sillas, otro mezquino desastre en la gestión municipal, esto es más desidia, mientras se encarguen otros…. ¿Y por qué no?, También procesionistas en alguna que otra agrupación, arrastrada por este menoscabo social de que todo vale y la inercia es autosuficiente, además de los consabidos “mea pilas o figurantes cartageneros” tan de moda en estas latitudes y por estas fechas poniendo su punto agrio.

Así llegamos al paradigma de la Semana Santa cartagenera, el ancestral Encuentro, 350 años de Solera, de Tradición, de Orgullo con alma procesionista cartagenera sin color alguno, aunque vista de morado, y ¡como el que asó la manteca!, si ya ha habido lances furtivos años anteriores en esta madrugada en los acordes penitenciales, bravuconerías escondidas tras el alcohol y los falsos derechos y, claro, la fiesta, ¿no debería el concejal de turno, que por cierto que no damos una, “ni elegidos a cásico hecho nos dan tan mal resultado” hacer acto de pensamiento y coordinación? Primero, no obviar la posibilidad de autorizar un botellón en pleno centro de la ciudad, aunque no se haya autorizado expresamente, y aunque sea por omisión. Segundo, visto los antecedentes, controlar relativamente la zona con antelación, y para eso, tanto la policía como los bomberos y demás fuerzas de seguridad y asistencia son autosuficientes, lo han demostrado y con relativo sosiego, mantener la semi-limpieza en la zona tampoco era tarea desmedida, entiendo, ¿fallos de coordinación?, fallos de gestión. Por cierto, si los 2 millones de euros que cuestan los cargos políticos de “a dedo” que se mantienen políticamente, se usaran para pagar horas extras justificadas de miembros y “miembras” de seguridad, limpieza y del ente turístico y, además hacer algún acto más allá de la caridad mal entendida en AASS, quizás y solo quizás, otro gallo nos cantaría, y sería el de la Resurrección. ¿Sabe la Alcaldesa que los ciudadanos de Cartagena no queremos amigos viviendo de nuestros impuestos en cargos de confianza?, ¿eso no estaba en su delgado programa político, verdad?

Cartagena está por encima de estos personajes de mercadillo, y si no dimiten, vergüenza ajena dan, tendrán que ser dimitidos, aunque el escalafón sea más mediocre.

La nota de “color” la puso la bicicleta, alguna sonrisa arrancó entre los muros de la Arciprestal, que transportaba los trípticos procesionistas, no deja de ser curioso como en un desarrollo tardo barroco como son nuestros cortejos tiene cabida un singular artilugio de transporte post-moderno para esa época, esto es Cartagena…

Milongas aparte, una Ciudad como Cartagena no se merece estos gestores, no se merece estos lances banales, para despedir esta licenciosa, por lo de inmoderada misiva, me remito a su epílogo procesionista a la lección de cartagenerismo, un ejemplo de gallardía, de honestidad, de solidaridad, de esfuerzo y sacrifico, un ejemplo de grandeza, fue el que se vivió el pasado Domingo de Resurrección en la ciudad, solamente había un color, solo había un procesionista, solo había un ciudadano y solamente existió el orgullo manifiesto de ser cartagenero/ra ante todo, y lamentándolo mucho por nuestros representantes de rifa, hay que estar a la altura y eso es difícil hoy en día.

 

 

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