Los cuatro mosqueteros sin florete nos bombardean con más palabrería barata de mercadillo, con el mismo vacío y estúpido argumento político de hace seis meses, cuatro tontos que diría Matute, que aburren. Uno disfrazado de cuajada gallega. Otros, de catálogos de saldo oportunista estilo IKEA buscando el engaño barato en su más decrepita y vergonzosa expresión, ya no saben cómo maridar la trampa con el oprobio, la argucia electoral con su perverso discurso. Otros, jugando a la OCA con la ficha naranja, yendo de niño guay y perdido en la casilla de salida desde el inicio y los más tontos, además con certificado, haciendo de falso protagonista, un socialista fracasado y reinventado, a medio camino entre lo que él quiere, ser como Obama y en lo que tristemente ha derivado, un sucedáneo de Zapatero, que ya jode, pero de marca blanca. En este caos de naipes recuerdo los cuentos de esos niños tontos de hace ya décadas y a al que Ana María Matute puso color, verbo y obra y nosotros similitud, metáfora y sarcasmo.

Éstos que quieren gobernar, se empecinan en convencernos con su magia barata, se esfuerzan en poner su éxito y su fracaso en manos del incierto votante, y no se dan cuenta de que cansan y aburren con sus quimeras de corrala, con sus comedias y con sus disputas de novela feudal. “Asinque”, yo no quiero ser “mancillado” por profesionales ni mucho menos por amateurs. Los profesionales como Rajoy se han rodeado en un ambiente de excelsa calma, de lo más “granados” en artimañas aciagas y bribonas, rodeados de corridos políticos como Amoragas, que parece el dueño del PP y cae mal. La Cospedal, que parece un dolor estomacal y cae mal, corruptos por doquier en glosa lista que caen mal, más la de los aspirantes a ocupar su espacio en tan deshonroso legado y salvadas por el infame aforamiento. Un PP antiguo que apesta a viejo donde los jóvenes huelen a rancio. Un PP convulso por la mediocridad de sus integrantes, no todos, claro, pero son los que más se ven. En Madrid y en el escaparate regional, Valcárcel, Barreiro, Cámara, y una lista sin fin de personajes de armario vetusto que caen mal, a pesar de la grandeza de otros como Bernabé, desde su notable envergadura pasando por su fértil espíritu minero. Del corazón herido y la sinceridad de Garre, o como el alma de Albaládejo, hoy relegado a la oscuridad de su éxito, siguen ocultos y opacos ante tanta mediocridad ‘pepera’.

Los sociatas, emigrantes ya de la filosofía socialdemócrata y hundiéndose cada vez más en el lodazal político, en un pozo sin fondo lleno corruptelas, amaños, titiriteros, monigotes de guiñol que las toleran y las justifican. Son los últimos de su curso, el quiero y no puedo, la fortuna les ha sido propicia y se creen reyes y princesas, y lo son, pero de una baraja marcada, usada por tahúres escondidos de la política más trivial como Zapatero y Bono, ese es el perfil de Sánchez, de su equipo, aquí el de Tovar y la Castejón, moran al final de la calle de la amargura y la incompetencia, en el número de la banalidad y la humillación.

Por orden, cuadrando el circulo, o circulando el cuadrado, los que venden humo a colores, los que han nacido de la miseria humana, los que se venden por menos de doce monedas de plata, los nuevo tardos burgueses del proletariado y de la nobleza leninista, además con servicio doméstico, los que ya han nacido corruptos por su amoral financiación. Podemos, los que han conseguido que la poca dignidad comunista de IU acabe en una cloaca de ideas, en un barrizal de incoherencias y mentiras, tan irreales como antagónicas y endogámicas. Dan pábulos a asesinos y terroristas como los de ETA, Grapo, o a los dictadores bananeros venezolanos, anarquistas irreverentes y separatistas insolentes o al propio ejército español con la otra mirada, prometiendo la gloria y la unidad con extensas valoraciones socioeconómicas. Así, Unidos, Podemos irnos a la…, elijan el epíteto de destino. Un tonto que retrataría Matute nacido y amamantado por el propio sistema que le dio el protagonismo, una cara amable y casi infantil, locuaz y casi mágica que con un alma lúgubre e inerte confunde y se alimenta de la corrupción social para acrecentar su propia corrupción moral, juegos cognitivos y conductuales con la personalidad. “El hijo del cazador, cazó todas las estrellas de la noche, las alondras blancas, las liebres azules, las palomas verdes, las hojas doradas y el viento puntiagudo”. Escribía Matute.

Y al final de la calle, aparece la naranja por negra flor, un partido como Ciudadanos y un Rivera que, si bien en Cataluña hicieron fuerte el pendón español, su salida a bolsa, al mundo exterior, su puesta en valor nacional le ha costado caro, simplemente por una razón, rodearse y nutrirse de políticos fracasados, huidos y desterrados de otros partidos a socaire de la lógica y malogrando la imagen anaranjada, como figura empírica del fracaso.

Puede que la combinación de opuestos sea el recurso fundamental de esta obra de teatro y de nuestros líderes políticos a re estrenar el 26J. la simpleza del lenguaje y el concepto reflejan el claroscuro de un mundo siniestro enmascarado, los pensamientos más inocentes se ahogan en circunstancial desolación. No son tontos los niños, no somos tontos los votantes, sino absurdo el mensaje y el entorno, cualquier lógica no contaminada que choca contra la evidencia, obliga a interpretaciones espinosas y ególatras. ¡Estos son los que quieren gobernar! ¡Cágate!

“Asinque”. Sarcásticamente, como decía Wilde, “la forma más baja de humor, pero la más alta expresión de ingenio.” Yo ya no pierdo más tiempo con vosotros, que os den.

Desde 2010, la RAE incluye el término ‘okupa’, quizás por culpa de Zapatero…, como un movimiento radical de extrema izquierda y con tintes anarquistas que propugnan la ocupación de viviendas o locales deshabitados derivado de la propiedad privada. Aquí, Remarcando la ‘k’ o letra que refleja una voluntad de transgresión de las normas como así hiciera en el Pais Vasco la kale borroka y demás violentos y violentas actuaciones antisistema que se amparan en otros ocupas, los que ocupan nuestras instituciones producto de la algarabía libertina que nos acompaña en esta última década política en España. Así, estos ocupas que según la RAE es tomar posesión de algo, entre unos y otros, la cosa esta jodida, al fin y al cabo, todos usan las ocupaciones en su beneficio y para jodienda del resto, de la sociedad donde kaen, okupan y ocupan. Antaño existía el allanamiento de morada y duraban poco en ambientes usurpados, claro que también existía un código de honestidad y dignidad política que han malversado los ocupas de fortuna en nuestras instituciones.

Todos se pueden identificar claramente, son personajes con pañuelo a la boca los de la ‘k’ y en manadas se asalvajan arrasando lo que pillan por su camino, amparados en la permisividad de los que gestionan y gobiernan gobiernos de pandereta, soflamas y populismos interesados, aptos solos para imbéciles patológicos. Luego están los ocupas con ‘c’, de chaqueta y corbata, y falda de tubo o con vuelo y volando, no de marca, estos no tienen clase, y se les puede identificar porque no tienen pasado, solo un presente accidental. No tienen más estudios que los vitoreados al viento en papeles que lo soportan todo, o los tienen, pero vacíos de argumentos y expediente, y sin más experiencia que la fortuna, el compadreo sumiso y el amiguismo que le han procurado. Así, una vez abandonados, ¡y ya cuesta echarlos!, vienen las depresiones y la bebida…

Estos ocupas con ‘c’ son tan, o más peligrosos que los de la ‘k’, están en nuestras administraciones, sobre todo anegan los partidos políticos de una y otra factura, de uno y otro color. Hay ocupas en las 17 taifas españolas, su misión es desterrar a los buenos a base de mediocridad, falta de respeto, vulgaridad y mezquindad, cualidades de las que hacen gala, y en algunas, no hay que irse muy lejos, gobiernan con marchamo y divisa grana y oro y en otras, con disimulos. Están en la Comunidad Autónoma o taifas en toda su jerarquía. Hay ocupas en los ayuntamientos banalizándolos y ridiculizándolos/nos, aparecen en los bochornosos plenos y en los ímplenos rodeados de palmeros y algún romero despistado, hasta en las direcciones portuarias, las fluviales y las fabriles hay ocupas. En los medios de comunicación estigmatizados por la traición y la conspiración se multiplican como roedores en celo o tribus del siglo XXI. En los colegios, institutos y universidades trasgrediendo la libertad limpia de la educación y la formación, y en las empresas, cuanto más grandes y pretenciosas, más ocupas las ocupan. Incluso nuestro Congreso, normalmente ocupado por “ocupas”, en la corta legislatura sufrida se ha poblado también de “okupas”, todos buscando un sustento con la injerencia de procurar nuestro estado de bienestar a su imagen y semejanza, estos ‘okupas y ocupas’ solamente han demostrado su interés, su beneficio y el propio patrocinio de sus debilidades humanas, de su protagonismo de fortuna y del choriceo de alcoba de prostíbulo en el que se cobijan, sobre todos los anti-casta, que como en un capítulo de Espinete, con la bruja avería incorporada y algún electro duende más, han convertido las escasas sesiones parlamentarias, en eso, en programas de entretenimiento para niños en progreso, que no adecuadamente, son la nueva política basada en la vieja y decrepita dictadura del proletariado, y son la nueva casta, más ruin y mezquina que al actual.

Y la pregunta es la misma de siempre, ¿a qué personaje de programilla televisivo voto este mes? ¿Cuándo los ocupas y los okupas dejaran, con el beneplácito nuestro los espacios de gobierno y gestión?, no aprendemos, el Quijote es patrimonio español por algo.