Resistencia con insistencia

Los españolitos estamos atrincherados ante un maldito enemigo. Por ahora sólo podemos tratar de paliar las consecuencias lo máximo posible mientras esperamos que un día oigamos la trompeta que anuncia la llegada del 'séptimo de caballería' con la vacuna. Hasta entonces nos defendemos sin poder atacar y en esa fase es muy importante conocer los daños reales y ahí disponer de los test express son básicos. Supondrá un subidón de infectados, pero a la vez salvarán muchas vidas.

Escucho en la rueda de prensa de esta mañana al doctor Fernández Simón, del comité de gestión del coronavirus, que esos test permiten conocer en menos de veinte minutos si la persona es positivo, negativo o dudoso. Afirma que están llegando ya y es de desear que se consiga que puedan abarcar a toda la población.

Los síntomas del coronavirus, en determinados grupos de edad, no son muy evidentes, con lo que una persona puede tener el (maldito) virus y no saberlo, pero ser un 'arma de propagación'. Por ejemplo, si un miembro de un núcleo familiar de cinco personas está afectado, muy posiblemente los cinco terminen en la misma situación. 

Cuando los test se apliquen, realmente sabremos qué personas están afectadas y se podrá llevar a cabo su aislamiento, evitando el contagio. Ello supondrá, como es obvio, que la estadística de 'coronados' experimente una subida espectacular, pero también facilitará salvar las vidas de las personas con riesgo. Se podrán aislar personas y hasta poblaciones, como sucedió en China (y se debía haber hecho con Madrid), con lo que el Covid-19 se quedará sin carreteras para continuar.

Hasta que no se sepan las consecuencias reales, difícil se podrán hacer frente a los daños en espera de la vacuna, pues hasta que no llegue, la batalla no es ganable.

Mientras, a obedecer a nuestras autoridades por el bien propio y ajeno. Pedro Sánchez, el que preside esta nuestra España, anunció anoche la inminente llegada de 'la ola' del 'tsunami del Covid-19'. No hay que perder la esperanza y sí prepararse para superar esa etapa, por mucho que el temor o el pesimismo 'cabalgue' por nuestro (confinado) día a día.

Por otro lado, unos comentarios paralelos sobre lo que también se ve estos días aplicados en situaciones que eran noticiables fuera de los tiempos del 'coronavirus'.

- Si el Rosell no recupera su pleno funcionamiento hospitalario en esta situación, dudo mucho que alguna vez lo haga.
- Hace más de diez años dejó de funcionar el hospital Naval. Si sus instalaciones no sirven ahora ni se pueden habilitar de forma provisional para descongestionar el anunciado aluvión de pacientes con coronavirus, ¿qué sentido tiene mantenerlo en pie?
- Cuando pase todo esto, ¿se instalará de forma inmediata, como se anunció, el servicio de hemodinámica de 24 horas para los enfermos del corazón en el hospital de Santa Lucía?
- El despliegue y coordinación de las diferentes fuerzas y cuerpos de seguridad está siendo tremendamente elogiable hacia los españolitos en pos de cumplir las normas y evitar la expansión de la pandemia. ¿Seguirán en ese nivel después, cuando renazcan las oleadas de robos en distintas poblaciones?


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