El oficio de escribir
(Para Irene Gomis, “escritora” de colores, con todo mi afecto)
Abandonarse y perderse en el mundo de la emoción,
en ese momento presente inventado de ilusión;
dormirse en el mar placentero dejándose mecer de sus olas
que como ellas son recibidas con los ojos cerrados,
y que también saben a sal de una gloria desconocida;
y que se sienten vivas como tu palabra aunque no se oiga;
y que calman y callan todos los males,
y que ponen paz donde la guerra,
alimentando la esperanza del que espera;
el oficio de escribir, el de sentir y el de soñar,
el de morir una vez más para volver a despertar.
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