Hojas para dejarte acariciar
En la paz donde se mecen las hojas
que juegan candorosas con el viento;
en ese espacio virgen que se inventa
en el corazón del solitario,
donde el silencio alcanza toda su grandeza
y donde la vida sientes que merece la pena.
Ahí, en el universo que cabe en una mirada,
en ese mar de sonidos de vida
donde tranquilo te puedes perder y abandonar,
en ese lugar mágico y único –lienzo pintado para ti-;
donde soñar es vivir y vivir es estar.
Instantes donde la palabra Yo se hace verdad;
donde las manos sienten sin llegar a tocar,
donde el corazón encuentra la respuesta
dejando escapar un suspiro
que en suave y cálido marchar,
una hoja, que lo espera, vuelve a acariciar.
Ilusión de la mano de Alba
Llamas a la puerta del nuevo día
con los ojos aún pegados a paisajes de ensueños;
llegas con la sonrisa bajo el brazo y las manos extendidas
guiadas de esperanzas imbuidas de “te quieros”.
A tu paso sombras confundiendo la calma
que tapan el color que esperas;
horizontes pintados de tragedias que te invaden cercanos,
que te hablan sin calor ni color con el silencio de la tragedia.
Sonrisas que se tornan muecas compungidas
que se apoderan de todas las palabras;
que quieren abandonar el cuerpo que las vio nacer,
que buscan un motivo para estar, para seguir… para poder ser.
Levantas la cabeza buscando la respuesta,
y el cielo, callado y pintado de gris no contesta;
sientes que de nuevo el día olvidó su color,
que las musas perdieron su morada,
y que al aire le robaron la frescura y el aroma a sal;
sientes que el mar ya no te habla,
que esta aurora llega buscando su ocaso sin saber que es bella.
Una mirada perdida y oculta en mitad de la humareda,
huella canalla del que pasa regalando perversas risotadas de maldad,
amo del mundo que inventó para él llenándolo de esclavos
que adoran, cautivos en su desgracia, su atroz deidad;
una mirada que se hunde en la ciénaga de la injusticia,
que te pide desde su lejano y herido silencio, que sigas,
que una ilusión de la mano del alba,
pintará la miseria del color de la esperanza,
que una ilusión de la mano del alba,
llevara la respuesta que la sombra de la duda te negaba.
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